Sermón a las aves
Estas fueron las palabras que el Hermano dirigió a las aves:
Queridas aves, hermanas mías: Hacéis lo más hermoso de la creación: volar. Los hijos de Dios por nada debemos sentir envidia, pero yo os confieso este pecado: yo os envidio porque podéis volar. Cómo me gustaría volar ahora mismo hasta el vértice de este árbol, hasta aquel risco inaccesible. Para vosotras nada hay inaccesible. ¡Que hermoso panorama debe verse desde esas alturas!
Vuestros cantos de oro, vuestros silbos sonoros, todo será poco para aclamar el amor y la sabiduría de vuestro Creador. Desde que aparece la luz hasta que desaparece, deben rasgar los aires anunciando que no existe otro Todopoderoso sino vuestro Creador. Aunque nadie os escuche, llenad el mundo de las alabanzas del Señor.
Del libro “El Hermano de Asís” de padre Ignacio Larrañaga
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