Ser lo que Somos
Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo. El roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el pino. El rey se volvió al pino y lo halló muy decaído porque no podía dar uvas como la vid. Y la vid se moría de tristeza porque no podía florecer como la rosa. La rosa lloraba por no ser fuerte como el roble.
Entonces encontró un clavel floreciente y fresco.
El rey le preguntó: ¿Cómo es posible que crezcas tan exuberante en medio de un jardín tan mustio y árido? El clavel respondió: quizás sea porque supuse que cuando me plantaste, querías claveles. Si hubieras querido un roble, lo habrías plantado. Recuerdo que en aquel momento me dije: intentaré ser clavel de la mejor manera posible, y aquí me tienes como el más bello clavel de tu jardín.
Somos lo que somos. Vivimos rumiando nuestras insatisfacciones, nuestras absurdas comparaciones con los demás: si yo fuera, si yo tuviera, si mi vida fuera...siempre conjugando el futuro incierto, no queriendo ver que la felicidad es un estado personal y voluntario ...
Podemos elegir hoy, estar felices con lo que somos, con lo que tenemos, o vivir amargados por lo que no tenemos, o no podemos. Sólo podremos florecer el día que aceptemos que somos lo que somos, que somos únicos, y que nadie puede hacer lo que nosotros vinimos a hacer.
Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible, y de repente estarás haciendo lo imposible.
P. Ignacio Larrañaga, extractado de Carta Circular 23
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