Recordando los inicios de los TOV

“Derrochando audacia y generosidad, y en un alarde de confianza en Dios, los TOV tuvieron un comienzo sorprendente y explosivo» desde sus inicios el año 1984. “A a finales del año 1986 los TOV ya estaban funcionando vigorosamente en 17 países, con varios centenares de participantes”. El 4 de octubre, día de San Francisco se aprobaron los TOV por la Santa Sede como Asociación internacional privada de fieles, de derecho pontificio, con personalidad jurídica con una rapidez inesperada para alegría de toda la familia TOV.

Los TOV fueron algo como si estuviera escrito, por su novedad y originalidad. De esta manera se han ido configurando a lo largo de los años como en un instrumento de evangelización especialmente adecuado para despertar las conciencias dormidas o dar mayor densidad y relieve a una vida cristiana.

Tal vez no sea exagerado afirmar que este «humilde servicio» de los TOV, marcadamente laical, por lo demás, es uno de los más eficaces al interior de la Iglesia en los últimos decenios para despertar en sus participantes el anhelo de Dios y el llamado a convertirse en verdaderos seguidores de Jesucristo.

El hecho es que miles de Guías de TOV siguen empeñados ahora mismo en el cumplimiento de su misión como «enviados» y testigos de Jesucristo para anunciar a los demás lo que ellos mismos han «visto y oído», en cumplimiento del propio mandato de Jesús: «Vayan y anuncien el Evangelio en toda la tierra».

Basado en el libro “Una aventura en el Espíritu” de padre Camilo Luquín