Nuestro destino materno
El significado profundo de la maternidad espiritual consiste en que María sea de nuevo Madre de Jesucristo en nosotros. Toda madre gesta y da a luz. La Madre de Cristo gesta y da a luz a Cristo. Maternidad espiritual significa que María gesta a Cristo y lo da a luz en nosotros y a través de nosotros.
En una palabra, nacimiento de Cristo significa que nosotros encarnamos y “damos a luz” —transparentamos— al Cristo existencial, permítaseme la expresión, a aquel mismo Jesucristo tal como en su existencia terrena sintió, actuó y vivió. Jesucristo —la Iglesia— nace y crece en la medida en que los sentimientos y comportamientos, reacciones y estilo de Cristo aparecen a través de nuestra vida.
Tenemos, pues, un destino “materno”: gestar y dar a luz a Jesucristo. La Iglesia “es” Jesucristo. El crecimiento de la Iglesia es proporcional al crecimiento de Jesucristo.
La Iglesia tiene una dimensión interna que es fácil de perder de vista. La Iglesia es el Cuerpo de Cristo o el Cristo Total.
Extraído del libro “El silencio de María” de padre Ignacio Larrañaga
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