La fe, una adhesión vital
Si es verdad que el acto de fe abarca toda la persona (sentimientos, pensamientos, comportamientos), fundamentalmente, sin embargo, es un acto de voluntad porque se trata de una adhesión vital. En las cosas evidentes la voluntad no interviene para nada. La luz de este mediodía está a la vista que es luz, y se acabó la discusión. Principalmente, repetimos, son la decisión y la convicción las que preparan y fundamentan la entrega.
Pues bien: con esta entrega el creyente consigue franquear de un golpe la noche entera de la fe, y suple esa incapacidad radical de nuestra inteligencia para “dominar” intelectualmente a Dios. El creyente que se entrega salta por encima de los procesos mentales, por encima de los problemas sobre fórmulas y contenido... y “alcanza” a Dios, y, así, el Señor se transforma en certeza.
La seguridad que no nos pudo dar el raciocinio, nos la dará Aquel mismo que es el Contenido de la fe, a condición de que haya sido aceptado por medio de una entrega “obsequiosa” e incondicional.
Extraído del libro “Muéstrame tu Rostro” de padre Ignacio Larrañaga
Comentários