¡Estás conmigo!
Estás conmigo. Salgo a la calle y caminas conmigo. Me enfrasco en el trabajo, y a mi lado te quedas. Mientras duermo, velas mi sueño. No eres un detective que vigila, eres un Padre que cuida. A veces me vienen ganas de gritar: Soy un niño perdido en la selva, estoy solo, nadie me quiere. En seguida oigo tu respuesta: Yo estoy contigo, no tengas miedo.
En Ti se alimentan mis raíces. Me envuelves con tus brazos. Estás conmigo. Con la palma de tu derecha cubres mi cabeza. Con la luz de tu mirada penetras mis aguas. Soy un niño que tiene frío y me calientas con tu aliento.
Sabes perfectamente cuando termina mi descanso y, dónde comienza mi caminar. Mis senderos y andanzas son más familiares para Ti que para mí. Casi no lo puedo creer, pero es verdad: adondequiera que yo vaya, estás conmigo.
¡Estás conmigo! ¡Bendita sea tu Presencia!
Extraído del libro “Muéstrame tu Rostro” de padre Ignacio Larrañaga
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