Despertar y dejar los imposibles
¿Qué es despertar? Es el arte de ver la naturaleza de las cosas, en uno mismo y en los demás, con objetividad, y no a través del prisma de mis deseos y temores.
Despertar es tomar conciencia de tus posibilidades e imposibilidades. Las posibilidades, para abordarlas, y las imposibilidades, para dejarlas de lado; darte cuenta de si un determinado hecho tiene remedio o no; si lo tiene, para encontrarle solución; si no lo tiene, para olvidarlo; tomar conciencia de que los hechos consumados, consumados están, y es inútil darse de cabeza contra ellos.

Despertar es darte a ti mismo un toque de atención para caer en la cuenta de que te estás torturando con pesadillas que son pura fantasía, de que lo que te espanta no es real; darte cuenta de que estás exagerando, sobredimensionando cosas insignificantes, y que las suposiciones de tu cabeza las estás revistiendo con visos de veracidad.
Saber que los sueños, sueños son; saber dónde comienza la ilusión y dónde la realidad. Saber que todo pasará, que aquí no queda nada, que todo es transitorio, precario, efímero. Que las penas suceden a las alegrías, y las alegrías, a las penas; saber que aquí abajo nada hay absoluto; que todo es relativo, y lo relativo no tiene importancia o tiene una importancia relativa. Despertar, en suma, es saber que estabas durmiendo.
Extraído del libro “Del sufrimiento a la Paz” de padre Ignacio Larrañaga
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